La dignité de José Martínez Ahumada « Pepe Limeño »…

 

« La dignité est un mot qui ne comporte pas de pluriel. »

 

C’est en 1968 qu’il sort deux fois par la Puerta del Príncipe.

 

Le 28 avril, alternant avec César Girón et Pepe Luis Bernal «Capillé» en en coupant quatre aux Miura et le 12 octobre, compartiendo cartel con Carnicerito de Úbeda et Rafael Roca, trois aux toros de Pérez de Valderrama.

 

Il l’ouvre à nouveau en 1969, le 20 avril partageant l’affiche avec Andrés Hernando et Gabriel Rojas et en en coupant quatre aux Miura.

 

Et rebelote de quatre le 19 avril 1970 avec Palomo, Florencio Casado Morales «El Hencho» et les Miura encore.

 

Malgré ce, ces années-là, il n’entre pas à la San Isidro, au motif d’un désaccord entre les empresas de Séville et Madrid.

 

Vient la Feria d’Avril de 1971.

 

Il a trente-cinq ans et y est annoncé deux fois.

 

Le jeudi 22 avec Cordobés « la figura más taquillera del momento que impone su ley en el ruedo, en los despachos y en los corrales y José Luis Parada, con la fuerza que da en esos días estar protegido por la empresa de Sevilla » et les toros d’Arranz.

 

Et le dimanche 25 avec Andrés Hernando, «El Hencho» et les Miura.

 

Jeudi 22 avril 1971 : « Tarde gris y fría. Limeño pasaporta dos toros fuertes, los dos de mayor peso. No ocurre nada relevante. El segundo, en palabras de los revisteros de entonces, era de borreguil docilidad. El fenómeno le corta la oreja. El quinto es protestado por falta de trapío. Se devuelve después de ponerle banderillas. Parada deja el perfume de su toreo elegante y corta una oreja al tercero y no remata con la espada una gran faena al sexto. Una corrida, en apariencias, normal » rapporte Carlos Crivell.

 

« Normal », pas tout à fait.

 

En réalité étaient sortis quatre toros « muy cómodos » d’Arranz pour celui de Palma del Río et Parada et deux sobreros complètement «fuera de tipo» pour lui.

 

Surpris par l’étrangeté de la chose, il interroge son peón de confianza qui lui avoue alors qu’il n’y a pas eu de sorteo et que, d’un commun accord entre l’empresa de Séville et les représentants du Cordobés, il avait été décidé que les toros sortiraient comme ils étaient sortis sans que qui que ce soit l’en informe.

 

« L’homme possède une qualité qui lui a fait faire du chemin: l’irrespect » écrivait Henri Michaux.

 

Lui, ne comprend pas et « se siente traicionado de una manera tan sucia por su propia gente y con el complot de la propia Real Maestranza, que ha olvidado las grandiosas tardes protagonizadas en años anteriores y al acabar la corrida se hunde. Se hunde porque ya no puede nadar más en esas aguas ».

 

Ce soir là, il est invité à la «Casa Pineda» pour y recevoir des mains du Gouverneur Civil, le prix du triomphateur de l’année précédente.

 

Tout le mundillo, la presse taurine, tous sont là.

 

A peine arrivé, il informe le Gouverneur qu’il a décidé de dénoncer ici même « la humillación y burla sufrida» et qu’au vu de ce qui s’était passé l’après-midi, il ne tuera pas la corrida de Miura du dimanche.

 

Le notable le prévient : “Usted verá lo que dice, ya es mayorcito”.

 

Il le fait quand même :

 

« Si me hubiese callado me hubiesen dado la escoba para barrer la Maestranza, así que denuncié lo que todos sabían y todos callaban ”.

 

Bien évidemment sa carrière professionnelle s’en ressentit même s’il revient à Séville en 1974, le 28 avril avec les Miura, torée la même année la corrida de la Cruz Roja le 13 juin, en 1976, le 18 avril avec les Albaserrada et en 1977, le 27 avril, sa dernière à Séville, avec Ruiz Miguel, Antonio José Galán et les Miura.

 

Il y aura toréé vingt-cinq corridas de toros, trois novilladas, deux festivals et coupé 30 oreilles.

 

Toutes en dignité.

 

Le dimanche 25 avril 1971, Francisco Ruiz Miguel, vingt-deux ans et matador de toros depuis le 27 avril 1969, le remplace.

 

C’est la première fois qu’il affronte les Miura.

 

Et il coupe la queue de «Gallero», marcado con el número 100 y 521 kilos de músculo y osamenta».

 

L’avant dernière queue coupée à la Maestranza.

 

 

Datos

 

José Martínez Ahumada, «Limeño» (Sanlúcar de Barrameda ; 19 de septiembre de 1936/Sanlúcar de Barrameda, 18 de diciembre de 2015).

 

Toma la alternativa en Sevilla el 29 de junio de 1960 a manos de Jaime Ostos, que le cedió la lidia del toro Granujillo de Galache, y como testigo Curro Romero. La confirmó en Madrid, con toros de Pérez de San Fernando, el 24 de mayo de 1962, siendo apadrinado por Diego Puerta.

 

Como novillero logró sendos triunfos, logrando salir a hombros en la plaza de toros de Las Ventas (Madrid), o en otra tarde ya como matador dando tres vueltas al ruedo en la misma plaza al pinchar un toro y no conocer la presidencia la oreja pedida por el público. Aunque fue su trayectoria como matador de toros la que le reportó los mayores triunfos, sobre todo en la plaza de toros de Sevilla, ciudad que vivió sus grandes tardes de gloria con la ganadería de Miura, con la que tuvo un particular idilio, y donde los aficionados nunca se olvidaran de él.

 

Idolatrado tanto en Sevilla como no en su ciudad natal es actualmente el único matador de toros que ha logrado salir cuatro veces consecutivas por “La Puerta del Príncipe” de la Maestranza años 1968, 1969 y 1970, tres de ellas con toros de la ganadería de Miura, faenas que le valieron también para conseguir en esos años tres Orejas de Oro consecutivas, galardón otorgado como máximo triunfador de la Feria de Abril.

 

Por problemas con el gobierno civil a causa de un amaño en un sorteo que le perjudicó, se retira en plena Feria de Abril de 1971, volviendo a reaparecer en dos ocasiones, la última de ella para darle la alternativa a su paisano  » El Mangui  » en El Puerto de Santa María.

 

Torero sobrio y elegante, de poderío, técnica y gran valor, tras su retirada nunca se apartó del mundo del toro ejerciendo funciones de empresario taurino y veedor junto a Simón Casas.

 

Fallece en Sanlúcar de Barrameda el 18 de diciembre de 2015.

 

Patrice Quiot