ls aîné d’un riche propriétaire terrien, Fernando Villalón Daoíz y Halcón, Conde de Miraflores de los Ángeles (1881-1930) fut pendant plus de vingt ans éleveur de bravos dans son Andalousie natale.

La légende dit qu’il se ruina en essayant de produire des toros aux yeux verts, émules de la mytique vacada que le roi tartésico Geryon* aurait fait paître dans la marisma du Guadalquivir.

Il avait quarante-cinq ans quand il publia son premier livre de poésie, Andalucía la Baja (1926), suivi de La Toriada (1928) et de Romances del 800 en 1929, un an avant sa mort à Madrid, loin de sa terre natale. «Para galoparla y cantarla vivió Villalón y tan pronto le faltó la tierra murió sobre el asfalto», écrit Halcón, cousin germain du poète.

Tres coplas :

Giralda, madre de artistas,

molde de fundir toreros,

dile al giraldillo tuyo

que se vista un traje negro.

Malhaya sea Perdigón,

el torillo traicionero.

Negras gualdrapas llevaban

los ochos caballos negros;

negros son sus atalajes

y negros son sus plumeros.

De negro los mayorales

y en la fusta un lazo negro

Negra faja y corbatín

negro, con un lazo negro,

sobre el oro de la manga,

la chupa de los toreros.

Ocho caballos llevaba

el coche del Espartero.

X

La corrida del domingo

no se encierrra sin mi jaca.

Mi jaca la marismeña,

que por piernas tiene alas.

Venta vieja de Eritaña

la cola de mi caballo

dos toros negros peinaban.

X

Braman los toros negros en su feraz orilla

y los potros retozan. Un jinete vaquero

pelea con la garrocha y su moruna silla

¿ Será un abencerraje o un moro guerrillero

que no quiso entregarse al conquistar Sevilla ?

X

*La tête de Géryon serait enterrée à La Corogne sous la Tour d’Hercule.

Patrice Quiot